Libertades, censuras y límites

por | Jul 31, 2024

El mal de nuestros tiempos: Ubicar el límite entre la libertad de expresión, el pensamiento político y el respeto por la figura de autoridad. Para muchos, es una frontera borrosa y difícil de establecer —y no se les puede culpar por ello—, mientras que para otros es una clara diferencia entre vivir en civilidad y provocar el caos.

Si bien los márgenes deberían estar fijados en nuestras mentes, el hartazgo generalizado por la figura de poder, a la que tenemos la mala suerte de llamar «autoridad», desmerece cualquier exigencia de respeto por su imagen e investidura.

Este cansancio se ha trasladado, en la práctica, desde hace muchas décadas al campo de la expresión cultural y musical, que es lo que nos interesa analizar en este caso. Vamos al punto…

El día 8 de octubre se debía realizar un concierto para recaudar fondos a favor de una solicitud de revocatoria del actual alcalde de Lima, Rafael López Aliaga. A pocas horas de su inicio, la Municipalidad de Breña clausuró el local donde se iba a llevar a cabo el evento: el Centro Cultural Geek, ubicado en la Av. Alfonso Ugarte. Esta información fue divulgada a través de X.

Dada la evidente intención política del concierto, es de suponer que la acción municipal tuvo como objetivo «censurar» este tipo de expresión artística, que buscaba, sin ocultarlo, reunir firmas para solicitar formalmente la revocatoria ante el JNE.

Por otro lado, una rápida revisión de los comentarios en esa red social muestra un elevado porcentaje de críticas poco constructivas hacia el concierto, calificando a sus organizadores de «asnos», «rojos», «vagos» y señalando que se trataba de un «concierto subterráneo de esos que huelen a m***** y orines».

También se critica como «falta de respeto» el uso del apodo «Porky» para referirse al alcalde. Sin embargo, basta recordar que fue el propio López Aliaga quien aprobó y fomentó el uso de este sobrenombre durante su campaña, por lo que no debería sorprendernos que se utilice en el evento en cuestión. Esta parte de la argumentación queda, entonces, desarmada.

Aun así, queda por analizar si es correcto o no que, debido al cambio abrupto de local, el concierto haya pasado a denominarse «Acto Artístico Cultural Prorevocatoria del Alcalde de Lima». Me refiero a la corrección de esta decisión, al ver que se retiró el «Fuera Porky» y se le dio un carácter cultural a la convocatoria.

¿Podríamos, entonces, suponer que se cedió ante algún tipo de presión? ¿Se logró censurar el evento?

El análisis podría ser más interesante si se enfocara en la concesión de libertades por parte del afectado frente a la autoridad que las restringe sin contemplaciones. Sin embargo, mucho me temo que esto está lejos de convertirse en una tesis filosófica y termina siendo más un problema de falta de enfoque en el objetivo. No podemos afirmar que alguien esté impedido de solicitar la revocatoria de una autoridad que considere que no cumple adecuadamente sus funciones o que incumple sus promesas de campaña. No obstante, debemos recordar que uno de los requisitos para solicitar un kit es la explicación de los hechos que motivan la solicitud, y no simplemente apelar al «hígado» o al rencor hacia tal o cual personaje.

Para ponerlo en contexto, podríamos hacer la comparación con la campaña de revocatoria contra la exalcaldesa Susana Villarán, hoy expuesta en su verdadera calaña. En aquellos años, se trataba de una guerra entre los extremos de derecha e izquierda en la sociedad; no se tomó en cuenta la inacción o la poca productividad de la alcaldesa, sino que se luchó desde el mismo bando político que hoy busca revocar a «Porky», para mantenerla en su cargo y no ser avasallados por el otro lado.

Considero que hay suficientes argumentos prácticos para la solicitud de revocatoria en cuestión, pero una correcta explicación de los hechos, una simple lista de incumplimientos y un poco menos de provocación podrían realmente generar convicción en la mayoría de los ciudadanos limeños, y se conseguirían los objetivos de los organizadores de este y otros eventos que estén por venir. Desde esta tribuna buscamos que la cultura en general y la música local en particular sean los principales protagonistas de la historia del rock… pero seamos sinceros, ¿Qué sería del rock sin la provocación, el grito político y la mirada desafiante hacia las autoridades?

Fuente consultada e imágenes:
(twitter.com) @AlexFebrero_

Por: Steve Cabrejos

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